Aprender a Decir que No

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Recuperarse de una adicción implica poner nuestro bienestar en primer lugar, es aprender a amarnos a nosotros mismos, identificar lo que necesitamos y realmente queremos, incluso si implica poner límites tanto a nosotros mismos como a nuestros seres queridos.

Las adicciones tienen múltiples causas, pero están altamente relacionadas con la falta de control de nuestros impulsos, así como a ceder a la presión social. De igual manera, los trastornos emocionales como la codependencia, también relacionada con el consumo de drogas o alcohol, van muy de la mano de la falta de desarrollo de límites personales y hacia los demás.

Poner límites y decir que no a una situación casi siempre se habla en referencia a algo externo, es decir al actuar de otra o varias personas. Sin embargo, un elemento fundamental de aprender a decir que no es hacia nosotros mismos. Ceder a la presión de otros, así como incurrir en actividades que nos dañan proviene de una decisión interna que evade nuestras verdaderas necesidades y deseos.

Por ejemplo, quizá te hace feliz la compañía de tus amistades, pero también necesitas dormir por que mañana entras a las 7 de la mañana a trabajar. Decir que no empieza por internamente controlar nuestro impulso a salir por la noche en un martes, para entonces poder declinar una invitación y sentirnos en paz en nuestro interior.

Las personas codependientes por ejemplo, en una situación de violencia con la pareja, antes de decir que no a las presiones e intimidaciones del otro, es necesario que dentro de sí mismos aprendan a ponerse límites a lo que están dispuestos a sobrellevar o permitir.

En resumen, decir que no a una situación empieza por ponernos límites a nosotros mismos hacia las actitudes y actividades que nos dañan.

Ahora, esto es diferente al disciplinamiento que puede derivar en un trastorno alimenticio, aislamiento social, sobrecarga laboral o deportiva. Este tipo de deprivación está basada en la restricción a nuestro bienestar, en seguir a pesar de que nuestras necesidades básicas no están siendo satisfechas.

Ponernos límites a nosotros mismos de manera sana no proviene de la restricción o deprivación de nuestras necesidades, por el contrario, tiene su raíz en el amor propio que prioriza nuestro bienestar físico, emocional y espiritual, en la búsqueda de un balance que nos haga felices. Sin embargo, llegar a este punto es un proceso que no es sencillo y que en muchas ocasiones no podemos lograr solas o solos.

El acompañamiento terapéutico es esencial para desarrollar las herramientas emocionales que nos permitan amarnos plenamente y priorizar nuestro bienestar.

Particularmente cuando se enfrenta una adicción, alcoholismo, trastorno de la salud mental o alimenticio; es sumamente importante buscar ayuda profesional que nos brinde la guía y el apoyo que necesitamos para salir del círculo vicioso en el que nos encontramos y empezar el camino hacia una recuperación sustentable, basada en el amor propio.