Codependencia, Aceptando mi Realidad

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Una persona vive los problemas de otra, como si fueran suyos, y se hace cargo de sus necesidades y demandas, olvidándose de sus propias metas, deseos y necesidades. Toda su vida está supeditada a las necesidades de otra persona, de forma que incluso llega a sentirse recompensada por la atención, reconocimiento y aprobación que la otra persona hace a sus esfuerzos. En cierta manera,  está sintiéndose o creyéndose importante; a veces, como un salvador para otra persona. Como se escucha, con frecuencia: “Es que sin mí, el chico no iría a ninguna parte” o “me necesita, porque está muy limitado, y mire, es que no puede hacer nada”. Estos comentarios pueden, por ejemplo, ser los de una madre y un padre, ambos sufridores, de los problemas de un hijo. Estas afirmaciones, además, reflejan varias  realidades:

1º Una persona puede, o no, tener problemas de diferente gravedad y puede necesitar más o menos ayuda.

2º Los acompañantes, familiares, amigos y/o parejas, pueden generar un síndrome de incapacitación en otras personas, o interferir en la solución de los problemas, al impedir que puedan manejar sus problemas y desarrollarse dentro de sus capacidades. En los casos más graves, pueden incluso generar incapacidades psicológicas en personas que no tienen ningún problema.

3º Los sufridores, o individuos al servicio de otra persona necesitada, adquieren una identidad basada en que son imprescindibles para otros y no son capaces de desempeñar otro rol diferente.

Los hechos hasta aquí descritos muestran la “codependencia”,  que se refiere a las conductas y dinámicas emocionales de aquellos que se hacen cargo de las necesidades de otras personas  en un grado tal, que sus propias necesidades se bloquean o se niegan por completo.   La codependencia se ha descrito, tradicionalmente, en ámbitos como las adicciones, el cuidado de personas con discapacidades o trastornos psicológicos

.1.- La dinámica del sufridor imprescindible, que puede incluso ahogar a la persona que intenta ayudar. Basa su identidad y autoestima en el afecto de otras personas y, característicamente, busca alguien frágil o con problemas para llenar su identidad insatisfecha o incompleta.

2.- La dinámica del codependiente idealizador y buscador de lo extraordinario. En este segundo caso,  el codependiente busca, inconscientemente, alguien excepcional o con características notorias, de forma que su relación con este personaje cree le proporciona valor y entidad. Esta idealización es captada o detectada por el individuo idealizado, que recoge esta fragilidad de la persona codependiente, utilizándola para que satisfaga sus necesidades. Así se producen conductas de explotación psicológica e instrumental, donde el flujo siempre es unidireccional, desde el codependiente al, en este caso, beneficiario y explotador de la situación. Normalmente, el perfil del explotador suele contener rasgos manipuladores o maquiavélicos, tal como presentan los psicópatas y/o narcisistas.

head-1623792_1920La codependencia  es una forma de vinculación no saludable, ya que vulnera la equidad bidireccional en las relaciones interpersonales. Toda relación interpersonal, para ser fructífera y generar un equilibrio en ambas partes, debe implicar un dar y recibir por igual. Cierto es que, en algunos casos, puede haber una parte que aporte más, porque tiene más que dar; pero dicho exceso no debe generar grandes desequilibrios, ya que produce tensiones en un sistema que pueden explotar o producir problemas en algunas de las partes integrantes. Si, por ejemplo, en una familia, un hijo explota a sus padres, exigiéndoles que se colmen sus deseos y necesidades, da lugar a que (1) el joven no desarrolle la tolerancia a la frustración, pudiendo en el presente, o en un futuro próximo, tener problemas de integración social; y (2) sus padres no disfruten de lo que producen, siendo un mal modelo para los más jóvenes y generando una vinculación insalubre en la sociedad. En otras palabras, se muestra en la sociedad que un adulto no puede autor realizarse de acuerdo a sus capacidades e intereses, y que lo más fácil es convertirse en un parásito o vivir a costa de los demás. Por ello los desequilibrios en el dar y recibir son algo a evitar, y en el caso de que se produzcan es necesario neutralizarlos con alguna compensación.

Autor: Lic en Psic. Christian Herrera