La familia y las amistades pueden desempeñar un papel esencial en cuanto a la motivación que les den a las personas con problemas de drogas para que entren y permanezcan en el tratamiento.

La terapia familiar también puede ser importante, especialmente para los adolescentes. La participación de un miembro de la familia o pareja en el programa de tratamiento del adicto puede fortalecer y ampliar los beneficios del mismo.

Tratar de ubicar tratamientos adecuados para un ser querido, sobre todo un programa ajustado a las necesidades particulares de cada persona puede convertirse en un proceso difícil. Sin embargo, actualmente existen expertos para ayudar en este proceso, como CLÍNICA NUEVO SER.

El tratamiento del abuso de drogas específico según el sexo del paciente debe enfocarse no sólo en las diferencias biológicas sino también en los factores sociales y ambientales, ya que todos ellos pueden influir en las motivaciones para usar drogas, las razones para buscar tratamiento, los tipos de ambiente donde es tratada la persona, los tratamientos más eficaces y las consecuencias de no recibir tratamiento.

Muchas circunstancias de la vida afectan a las mujeres de modo preferencial, lo cual requiere un enfoque de tratamiento especializado.

Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que el trauma físico y sexual seguido del trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) es más común en las mujeres drogadictas que en los hombres que buscan tratamiento.

Otros factores distintivos en las mujeres que pueden influir en el proceso de tratamiento abarcan cuestiones relacionadas con el embarazo y el cuidado de niños, la independencia financiera y la manera en la que ingresan al tratamiento (ya que es más probable que las mujeres busquen ayuda de un profesional de la salud general o mental).

Si tu familiar tiene problemas con las drogas, hacerle saber que para vos no es invisible. Eso no quiere decir que lo acompañes a consumir, ni que subestimes el problema.

¡Él tiene un problema, decírselo! Habla con él desde la confianza y la amistad que se tienen, entendiendo, pero no justificando sus razones. Las drogas no resuelven problemas, los agravan.

Evita juzgar o criticar sus comportamientos, no asumas una actitud de bueno y de que las sabes todas.  El rol como jóvenes, no es juzgar, ni culpar las experiencias de otros, sino compartir conocimientos y utilizar las herramientas de las que disponemos para ayudar a construir alternativas más saludables para la vida.

En conclusion, Convéncelo de la situación de riesgo en la que está y de la ayuda que debe pedir.

Infórmale sobre qué puede perder si continúa consumiendo, y ayúdalo a pensar en las cosas que ya ha perdido. No le ayudes con dinero.

Alentarlo a confiar en otras personas, en sus padres, en profesionales, etc.