Cómo padres, invariablemente siempre queremos lo mejor para nuestros hijos: que no sufran carencias de ningún tipo, brindarles la mejor educación y en general, otorgarles todas las herramientas necesarias para que sobresalgan en la vida. Sin embargo, existe un enemigo muy poderoso para que todo resulte tan bien como lo deseamos: las drogas.
Desafortunadamente, este enemigo suele hacer acto de presencia justo en la etapa más difícil de la educación de los hijos: la adolescencia. En esta época, lo que la persona que pasa por ella menos desea es tener ningún tipo de “vigilancia” o “restricción”, lo que suele ocasionar la comunicación sea un poco menos fluida y es por ello que como padre, resulta aún complicado descubrir cómo saber si mi hijo consume drogas.

mi hijo usa drogas
Sin embargo, a pesar de la autonomía con la que los adolescentes desean contar en esta etapa de la vida, hay varios focos de alarma que debemos tener en cuenta para estar seguros de si han o no caído en la adicción hacia alguna droga.
Es importante recalcar que no todo tipo de cambio significa invariablemente que nuestro hijo esté consumiendo drogas, por ello a continuación te presentamos una lista de indicadores que podrían servirnos para identificar a tiempo si existe o no una adicción:
Cambios en sus actividades
Al igual que sucede con todos los “síntomas” de los cuales se hablan aquí, estos cambios pueden o no ser algo propio de la edad que termine por ayudarnos como una guía para saber si mi hijo consume drogas o no.. Sin embargo, cambios en el rendimiento escolar (como un peor desempeño, una baja significativa en las calificaciones, falta de concentración, etc.), desinterés por varias de sus actividades que antes disfrutaba mucho, pérdida o aumento de peso con facilidad, cambio de vestuario, cambio en los temas de conversación con sus amigos, entre otros.
Cambios en personalidad y la salud
Existen varias modificaciones en cuanto a la conducta de los adolescentes que podrían ayudarnos a identificar una posible adicción a las drogas, entre las cuales destacan:
Ojos rojos y/o irritados; fallas en la memoria; cambios en los patrones de sueño como el insomnio o dormir en diferentes horarios respecto a lo habitual; tos crónica; dolores en el pecho; fatiga o cansancio excesivo al llevar a cabo actividades cotidianas; dificultad para hablar; complicaciones para caminar; mareos; paranoia y cambios bruscos en el ánimo; menstruación irregular en el caso de las mujeres; hiperactividad anormal.
Tal y como se aclaró previamente, toda esta sintomatología podría simplemente tratarse de los cambios propios de la adolescencia, pero en dado caso de que varios de ellos se presenten al mismo tiempo y en reiteradas ocasiones, la mejor forma de cómo saber si mi hijo mejor consume drogas o no, será acudir a un especialista para poder contar con un diagnóstico preciso y salir de toda duda, y desde luego el personal capacitado de Clínica Nuevo Ser está siempre dispuesto a ayudarlo en cuestiones de adicción en toda ocasión.