El consumo de drogas genera alteraciones en el organismo, pero también en la conducta, en las emociones, así como en el pensamiento de la persona que consume.

Para poder entender cómo el alcohol y otras drogas influyen en la agresividad, es importante considerar cómo afecta al funcionamiento del cerebro.

El consumo de alcohol u otras drogas generan una alteración en el funcionamiento de la corteza prefrontal, siendo una parte del cerebro que desempeña un papel importante en la regulación del comportamiento y en la toma de decisiones.

Bajo los efectos de una droga una persona tiende a tomar decisiones equivocadas debido a que reaccionará con una emocionalidad desbordante ante situaciones en las que si no estuviese intoxicada respondería de forma más racional.

Del mismo modo, el consumo de alcohol u otras drogas hace que las personas tengan en menor consideración las posibles consecuencias de sus actos.

El uso generalizado del alcohol hace que sea un de las drogas que generan agresividad más perjudiciales debido al impacto que tiene sobre otras personas en cuanto a violencia.

El alcohol produce un proceso de inhibición de las vías reguladoras subcorticales, lo que genera una gran estimulación de las neuronas corticales.

La corteza prefrontal, como se ha expuesto previamente, es un área cerebral responsable de los procesos de planificación, del autocontrol, de la toma de decisiones o de la inhibición de la impulsividad.

El alcohol produce una alteración estas funciones lo que explica que al consumir alcohol se pierdan las capacidades de juicio y las consecuencias sociales, un descontrol de las emociones, provocando así conductas agresivas y violentas hacia otras personas, hacia uno mismo y hacia objetos.

Una de las consecuencias lógicas del aumento del consumo de drogas y alcohol, entre los más jóvenes, es el incremento de la agresividad.

La desmedida euforia, excitación, descontrol e incluso irritabilidad que pueden provocar, se ven reflejados en muchos de los casos que las autoridades detectan en el anormal comportamiento de los adolescentes.