El Trastorno de Control de Impulsos es una enfermedad psiquiátrica que implica la incapacidad de “resistir” un impulso.
No se desarrolla el auto control o la auto regulación en la persona y por ende, actúa con impulsividad.
Entendida como aquellas conductas que aparecen sin inhibición, sin reflexión, sin la adecuada planificación, sin contemplar las consecuencias.
Las principales características cuando esto se convierte en un trastorno, se desarrolla como una patología, son las siguientes:
- – Disminución de la sensibilidad a las consecuencias negativas de la conducta.
- – La presencia de reacciones rápidas ante estímulos, no planificadas, antes de que se complete el procesamiento de información.
- – La falta de preocupación por las consecuencias a largo plazo.
Lo más importante y lo que lo relaciona con las adicciones es la imposibilidad de aplazar la gratificación.
La principal relación es que quienes consumen estas sustancias lo hacen comúnmente por las siguientes razones:
- Estimulo de euforia
- Placer
- Satisfacción
- Relajación
Es importante reconocer que hay un proceso en el cual el consumo de una sustancia se convierte en una adicción.
Pudiera parecer que los efectos de las drogas son positivos y controlables pero pueden generar dependencia de manera muy rápida.
De acuerdo al National Instituto on Drug Abuse de Estados Unidos, el consumo moderado de drogas puede convertirse en adicción.
Es una enfermedad crónica del cerebro que se caracteriza por el consumo compulsivo, a pesar de sus consecuencias nocivas.
Se le considera una enfermedad por que sus estructuras y funcionamiento se ven afectados por el consumo de drogas.
Las consecuencias que pueden ser de larga duración si una adicción no es tratada a tiempo.
El consumir drogas no se limitan a desarrollar una dependencia, sino también al riesgo en que se pone el paciente.
De acuerdo a datos de la Secretaria de Salud,
el 25% de los accidentes automovilísticos en México son a causa de manejar bajo la influencia de las drogas.
El tener un Trastorno de Control de Impulsos predispone de manera negativa a una adicción a las drogas.
Y también a la incapacidad de controlar un consumo inicial que para algunas personas pudiese ser pasajero.
El Trastorno de Control de Impulsos inhibe la capacidad de ver las consecuencias a largo plazo de una conducta.
El centrarse en los efectos inmediatos del consumo de una sustancia y no ser capaz de aplazar la gratificación es algo que tienen en común las adicciones con el Trastorno de Control de Impulsos.
De ahí la importancia de identificar el Trastorno de Control de Impulsos y prevenir el acceso al consumo de drogas.
Buscar ayuda profesional para desarrollar una estrategia, puede evitar así consecuencias nocivas a corto, mediano y largo plazo.
Recuerda que el primer paso es reconocer que hay un problema, el segundo es pedir ayuda.