La adicción es dolorosa, traumática y desesperanzadora. Los miembros del hogar deben prepararse para transformarse en agentes promotores del cambio y la rehabilitación de la persona drogodependiente.
La familia es una unidad emocional, el primer grupo de referencia al cual pertenecemos y debe brindar seguridad y amor a sus integrantes.
Cuando un miembro de la familia atraviesa por una situación de índole psicológica o física, el resto de sus integrantes se ve afectado emocionalmente y en ocasiones no saben cómo actuar frente a situaciones que pueden tornarse difíciles de manejar.
Muchas familias se toman años viviendo un proceso de negación ante una realidad evidente ante los ojos de todos, a fin de no aceptar que un miembro de la familia es adicto.
Por lo tanto ¿Hay ciertas cosas no debería hacer ante un familiar adicto?, si hay muchas aquí te presentamos algunas.
Cómo abordar el problema: Es importante que la familia comprenda que necesita salir del proceso manipulador para poder abordar adecuadamente el problema.
Abando del tratamiento: Es esencial que la familia entienda que, aunque el drogodependiente abandone el tratamiento, ella puede y debe continuar su proceso de reeducación familiar, lo que puede permitir que algunos adictos que abandonan el tratamiento vuelvan a él ante la firme actitud de la familia.
Manipulación: La manipulación es una de las conductas más características del drogodependiente. Consiste en despertar en el interlocutor (por lo general un familiar, un amigo, compañeros de trabajo o incluso el terapeuta) ciertas emociones de protección, lástima o comprensión que lo lleven a obtener su deseo de mantenerse en el consumo y evitar así las consecuencias de sus actos sin asumir las responsabilidades que ello implica.
Los familiares deben identificar las diferentes formas y situaciones de manipulación a las que están o han estado sometidos antes e incluso durante el tratamiento, y se les ayudará a provocar cambios cognitivos y afectivos en torno al proceso de manipulación.
Deje de “encubrir” a la persona. Los miembros de la familia a menudo inventan excusas ante otras personas o tratan de proteger al alcohólico o drogadicto de las consecuencias de su consumo. Es importante dejar de encubrir al alcohólico o drogadicto para que pueda experimentar en su totalidad las consecuencias de este consumo.
No se debe de esperar a que el individuo toque fondo o que tengamos que llevar veladoras para su funeral, es necesario tomar medidas que puedan lograr en el adicto el acceso a un tratamiento, y la mejor medida que se puede hacer es lograr cambios dentro de la familia y el entorno del adicto, de tal forma, que mediante estos cambios se pueda romper el círculo adictivo y de codependencia en el que vive este tipo de individuos.