MECANISMO CELULAR Y MOLECULAR DE LA ADICCIÒN A LAS BENZODIACEPINAS.
Fue en 1930 cuando Leo Sternback descubrió las benzodiacepinas, sin embargo no fue hasta 1957 que se introdujeron a la práctica clínica con Clordiacepóxido. Las benzodiacepinas conforman el grupo de fármacos más utilizados para los trastornos de ansiedad, son relativamente seguras en caso de sobredosis y tienen menor riesgo de generar dependencia que otros fármacos para dichos trastornos. Adicionalmente a su acción ansiolítica y debido a que reducen la excitabilidad neuronal, a las benzodiacepinas se les han dado otras aplicaciones en la práctica clínica como anticonvulsivantes, relajantes musculares e inductores del sueño. Los psiquiatras a su vez han advertido sobre el riesgo que tienen para producir efectos secundarios graves, así como producir dependencia farmacológica, principalmente las benzodiacepinas de potencia alta con vida de acción media a corta. El uso y prescripción de las benzodiacepinas se ha relacionado con un alto riego de abuso y dependencia debido a su manejo inadecuado ya que, aun administrándolas regularmente a niveles terapéuticos, poseen potencial de dependencia mayor que otros fármacos de acción ansiolítica, asimismo se ha reportado tolerancia farmacológica cuando la prescripción es mayor a cuatro semanas, así como la aparición del síndrome de abstinencia en el 30% de los pacientes después del tratamiento de 8 semanas de duración. En cuanto a las variables y factores de riesgo para el desarrollo de dependencia, existen tres que tienen una influencia crucial: la naturaleza del fármaco; la cinética de las benzodiacepinas ha demostrado ser un elemento que influye sobre su abuso. La genética del individuo; existen individuos que no metabolizan correctamente estos fármacos, manteniendo niveles del ingrediente activo elevado en sangre.
La edad; influye en el uso de sustancias adictivas, en cuanto al consumo de benzodiacepinas las personas de mayor edad las consumen más que las personas jóvenes, esto debido a una mayor prevalencia de insomnio de la edad madura. En general los hombres superan a las mujeres en el consumo de drogas legales e ilegales, excepto en el uso de las benzodiacepinas, las mujeres de entre 35 y 64 años recurren mas a las benzodiacepinas que los hombres del mismo grupo de edad. El alcohol, es un factor externo que ejerce influencia sobre el abuso de las benzodiacepinas debido a que potencia su efecto farmacológico porque actúa en los mismos receptores. Los pacientes alcohólicos en tratamiento que presentan un abuso a estos fármacos como automedicación para mitigar los síntomas de abstinencia o ansiedad, como euforizantes o para potenciar los efectos del alcohol.
Las benzodiacepinas actúan en neuroreceptores alfa 1 del sistema nervioso central, estos receptores regulan las acciones anticonvulsivas, hipnóticas y sedantes de las benzodiacepinas, el sitio receptor de benzodiacepinas que es alfa 2 regula las acciones ansiolíticas, el sitio benzodiacepínico de la subunidad alfa 3 que es también un receptor tipo periférico, tiene relación con el efecto relajante muscular.
La dependencia a ciertas sustancias y fármacos se debe a una disfunción neurobiológica de estructuras cerebrales mesencefálicas, límbicas, corticales y de circuitos cerebrales que están implicados en la motivación y los procesos de reforzamiento de conducta, aumenta de forma indirecta la liberación o concentración de dopamina en el núcleo accumbens, en el área ventral tegmental, son regiones del cerebro que están relacionadas con las vías de recompensa y aprendizaje, es decir estas sustancias adictivas actúan de forma similar a las recompensas naturales que causan normalmente gratificación o placer como las conductas necesarias para la conservación de la especie, por ejemplo, comer, la conducta sexual y las relaciones sociales, el estímulo crea un esfuerzo en el consumo de dichas drogas y la exposición repetida de este estimulo se transforma en dependencia física.
Por eso el mecanismo celular y molecular de la adiccion a las benzodiacepinas es esencial en entender para determinar el peligro de la persona afectada.
Autor: Dr. Fernando Alonso Félix