Las relaciones interpersonales, particularmente de pareja, pueden ser un vehículo para el crecimiento y apoyo mutuo; sin embargo, también pueden convertirse en dinámicas tóxicas y violentas difíciles de abandonar. 

En muchas ocasiones lo que une a dos personas, más que compartir y enfrentar la vida juntos,  son heridas y actitudes no sanas que tenemos desde la infancia, particularmente si crecimos en una familia disfuncional, en donde había violencia y/o adicciones. 

Cuando una relación de pareja se vuelve disfuncional, es sumamente común que se desarrolle Codependencia, esta es un patrón de conducta entre dos o más personas en las que existe una dependencia emocional recíproca que se mantiene por medio de la manipulación, los celos, el control, la obsesión y la permisividad. 

La codepdencia es particularmente difícil de tratar y detectar por que se combina con la búsqueda de proteger, amar y apoyar a un ser querido que es percibido como vulnerable, sin embargo, dichas conductas en vez de ayudar, perpetuan y empeoran la situación. 

La dependencia va más allá del mero deseo de evitar perder a un ser querido o querer apoyarlo: tiene que ver con pensar que el otro es imprescindible o insustituible para sentirnos bien: su presencia es una condición necesaria para nuestra felicidad y haremos todo lo posible por mantenerlo cerca. 

Las conductas que se derivan de la codependencia, lo único que generan es el fortalecimiento de la dependencia entre ambos, así como el reforzamiento de conductas dañinas. 

Un factor fundamental a considerar es si tu pareja es adicto o tiene un trastorno de la salud mental, en estos casos, lo más probable es que hayas desarrollado una relación codependiente, es fundamental contar con ayuda terapeutica profesional para tomar las decisiones más saludables para nosotros y para nuestro ser querido. 

 ¿Cómo puedo identificar si soy codependiente? Las siguientes características nos ayudan a visibilizar las principales dinámicas de este tipo de relaciones: 

-Falta de autoestima 

-Límites difusos 

-Necesidad de control sobre la persona

-Temor por la independencia del otro/a 

-Necesidad de aprobación 

-Sentimiento de culpa y/o responsabilidad por las emociones del otro

-Obsesión con la persona

-Constantes reproches o necesidades insatisfechas 

Si estás inmerso/a en una relación codependiente con un ser querido no te sientas avergonzado, es una realidad muy común, aprender a relacionarnos de manera sana, con límites claros y un autoestima fuerte que nos permita priorizar nuestro bienestar emocional es un proceso que acompañado de ayuda profesional nos puede llevar a construir la vida que deseamos. 

De ahí que es fundamental incluir a la familia en el proceso de recuperación y empezar por pedir ayuda, si no para nuestro ser querido, sino para nosotros mismos. Los cambios empiezan el día en el que te decides por dar el primer paso. Busca asesoría profesional e inicia hoy el camino hacia la liberación.