Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de pensamiento, percepción, reacción y relación duraderos y repetitivos que provocan una angustia importante a la persona afectada y/o afectan su capacidad de desenvolverse.
Existen 10 tipos de trastornos de la personalidad, y cada uno tiene problemas específicos que afectan a la autoimagen y a los patrones de respuesta ante los demás y ante situaciones de estrés.
Los síntomas difieren dependiendo del tipo de trastorno de la personalidad pero, en general, los pacientes presentan dificultades para relacionarse con los demás y manejar el estrés y/o tienen una autoimagen que varía según la situación y que difiere de cómo la perciben los demás.
El médico diagnostica un trastorno de la personalidad cuando el paciente se ve a sí mismo o a otras personas de una manera que difiere de la realidad o cuando continúa actuando de una manera que habitualmente genera consecuencias negativas.
Los fármacos, en general, no modifican los trastornos de la personalidad, pero pueden ayudar a disminuir los síntomas.
Las psicoterapia puede ayudar al paciente a tomar conciencia de su papel a la hora de generar sus problemas y ayudarle a modificar su comportamiento socialmente indeseable.
Muchas personas con un trastorno de personalidad también presentan uno o más de uno de los trastornos siguientes:
Un trastorno depresivo o trastornos bipolares y relacionados
Un trastorno de ansiedad
Trastorno somatomorfo
Un trastorno por consumo de sustancias
Un trastorno de la alimentación o de la ingesta
Las personas con un trastorno de la personalidad a menudo parecen inconsistentes, confusas y frustrantes para los miembros de la familia y otras personas a su alrededor, incluidos los médicos. Su estilo de crianza puede ser errático, distante, demasiado emocional, abusivo o irresponsable y, algunas veces, causa problemas físicos y/o mentales en sus hijos.
Las personas con un trastorno de la personalidad pueden tener problemas para saber cuáles son las formas razonables, seguras y aceptables de tratar y comportarse con los demás.
Los pacientes con un trastorno de la personalidad no suelen ser conscientes de su responsabilidad en la creación de sus problemas.
Los trastornos de la personalidad resultan de la interacción de los genes y el ambiente.
Es decir, algunas personas nacen con una tendencia genética a padecer un trastorno de la personalidad, y esta tendencia disminuye o aumenta en función de los factores ambientales
Generalmente, los genes y el ambiente contribuyen aproximadamente por igual al desarrollo de los trastornos de la personalidad.