El Trastorno Límite de la Personalidad se caracteriza por un patrón persistente de inestabilidad emocional, que altera el estado de ánimo, la imagen personal y la conducta.
La persona experimenta fuertes emociones y arranques impulsivos que le generan incertidumbre, pueden presentar un pensamiento extremista y sus afectos se organizan de esa manera.
Un día puede referir admirar a una persona y posteriormente despreciarla. Su tipo de pensamiento es dicotómico, “Todo es malo o bueno”.
Al experimentar sensaciones turbulentas y tener sentimientos cambiantes sus relaciones suelen ser intensas y caóticas.
Otros síntomas significativos incluyen: Miedo intenso a ser abandonado, intolerancia hacia las sensaciones de soledad, frecuentemente tener sentimientos de vacío o aburrimiento, presencia de arranques de ira inadecuados, aparición de conductas de consumo, relaciones sexuales impulsivas o conductas de Autolesión.
Por lo tanto Los principales factores de riesgo para la aparición de este trastorno están relacionados con: Abandono durante las etapas de la niñez o la adolescencia, experimentar un entorno familiar caótico y disfuncional, existencia de patrones de comunicación ambivalentes en la familia, haber tenido experiencias de abuso físico, sexual o emocional.
Para efectuar el diagnóstico de este trastorno los especialistas se basan en los siguientes criterios:
Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
- Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.
- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
- Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente auto lesivas.
- Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación.
- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo.
- Sensación crónica de vacío
- Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira.
- Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.