La ludopatía viene a ser un trastorno de la personalidad que se caracteriza fundamentalmente porque existe una dificultad para controlar los impulsos, y que en cierto sentido tiende a manifestarse en practicar, de manera compulsiva, uno o más juegos de azar. Puede afectar en la vida diaria de la persona que se ve afectada por esta adicción, de tal forma que la familia, la alimentación o incluso el sexo pasa a ser algo totalmente secundario. Por todo ello, no se debe de confundir la ludopatía con un vicio, ya que en estos casos nos encontramos ante una grave enfermedad crónica, una adicción.
El tratamiento de las personas con ludopatía o adicción al juego comienza con el reconocimiento del problema. Los ludópatas con frecuencia niegan que tengan un problema o que necesiten tratamiento. La mayoría de los ludópatas sólo reciben tratamiento cuando otras personas los presionan.
Síntomas para reconocer la ludopatía o adicción al juego en un ser querido:
Preocupación. Su ser querido tiene pensamientos frecuentes sobre experiencias relacionadas con el juego, ya sean presentes, pasadas o producto de la fantasía.
Tolerancia. Como en el caso de la tolerancia a las drogas, Su ser querido requiere apuestas mayores o más frecuentes para experimentar la misma emoción.
Abstinencia. Inquietud o irritabilidad asociada con los intentos de dejar o reducir el juego.
Evasión. Su ser querido juega para mejorar su estado de ánimo o evadirse de los problemas.
Revancha. Su ser querido intenta recuperar las pérdidas del juego con más juego.
Mentiras. Su ser querido intenta ocultar las cantidades destinadas al juego mintiendo a su familia, amigos o terapeutas.
Pérdida del control. La persona ha intentado sin éxito reducir el juego.
Actos ilegales. Su ser querido ha violado la ley para obtener dinero para el juego o recuperar las pérdidas.
Arriesgar relaciones significativas. La persona continúa jugando a pesar de que ello suponga arriesgar o perder una relación, empleo u otra oportunidad significativa.
Recursos ajenos. Su ser querido recurre a la familia, amigos o a terceros para obtener asistencia financiera como consecuencia del juego.
La ludopatía es progresiva y presenta las siguientes etapas:
Etapa 1: la fase ganadora, se caracteriza porque si aciertan en el juego y las ganancias son grandes, aumentan las creencias o fantasías de lograr cualquier cosa.
Etapa 2: la fase perdedora, ocurre luego de reiterada mala suerte. El jugador descubre que perder es intolerable, por lo que intenta todo por retomar la “racha ganadora”.
Etapa 3: fase desesperada, en la que comienzan a hacer cosas antes inimaginables como robar o practicar actividades ilegales. En esta fase el jugador suele estar muy irritable, además de dormir y comer poco.
Etapa 4: la fase de rendición, se caracteriza por una marcada desesperación y abandono.