Nadie tiene la intención de caer en una adicción a las drogas, y si eres alguien que ama a un adicto, ya sea un padre, un hijo, una pareja, un amigo, o un hermano, sabemos que la culpa, la vergüenza y la impotencia pueden ser abrumadoras.
Primero que nada, es importante que entiendas que la drogadicción no es un problema de delincuentes o gente sin hogar.Le puede pasar a cualquiera. Es una condición humana con consecuencias humanas, a la que todos somos vulnerables.
Los adictos pueden provenir de cualquier lugar y de cualquier familia. De hecho, es probable que a lo largo de nuestra vida conozcamos a alguien que consuma o haya consumido drogas; así que esta es una conversación importante para todos nosotros.
También es importante que entiendas que amar a un adicto puede ser uno de los episodios más desafiantes que una persona puede experimentar.
Es fácil sentirse juzgado por estar atravesando este difícil momento, pero cuanto más podamos hablar abiertamente sobre la adicción, más podremos eliminar la vergüenza, la culpa, el dolor y la duda que a menudo se interpone en el camino para poder ayudar a un drogadicto en su recuperación.
Es al hablar que nos damos permiso para sentir lo que sentimos, amar a quienes amamos y ser quienes somos, con las vulnerabilidades, los bordes desgastados, el coraje y la sabiduría que son parte del ser humano.
A continuación te presentamos algunas reflexiones y consejos para abordar esta situación con éxito.
¿Un drogadicto puede amar? Cuando un ser querido sufre una adicción
1. Estás tratando con alguien diferente ahora.
Cuando una adicción se hace presente, la persona que amas desaparece, al menos hasta que la adicción se controle.
Sí, todavía está en alguna parte, pero no es con ella con quien estás tratando. La persona que recuerdas puede haber sido cálida, divertida, generosa, sabia, fuerte, tantas cosas maravillosas, pero la adicción es capaz de transformarlos por completo.
Lleva un tiempo adaptarse a esta realidad y es muy normal que quieras seguir tratando a esa persona especial como si fuera el hermano, el padre o la pareja de siempre; pero cuanto antes puedas aceptar esto, más pronto podrás empezar a trabajar en su recuperación.
2. No espere que entienda tu lógica.
Recuerda que las drogas hacen que una persona vea la realidad distorsionada. Comprende que no puedes razonar con ellos ni convencerlos de que vean las cosas como tú.
Para ellos, sus mentiras no se sienten como mentiras. Su traición no se siente como una traición. Su autodestrucción no siempre se siente como autodestrucción. Se siente como sobrevivir. El cambio vendrá cuando no haya absolutamente otra opción que cambiar.
3. Define tus límites: son importantes para ambos.
Si amas a un adicto, tus límites a menudo tendrán que ser más fuertes que con otras personas en tu vida. Es fácil sentir vergüenza y culpa por esto, pero debes saber que hacerlo será beneficioso para ambos.
Establecer límites te ayudará a ver las cosas con más claridad desde todos los ángulos porque no estarás tan cegado por la situación ni tan dispuesto a ver las cosas a través de los ojos del adicto, una visión que a menudo implica un comportamiento manipulador.
Hazlo con cariño y con la frecuencia que necesites. Sé muy claro acerca de las consecuencias de violar estos límites y asegúrate de seguir adelante, ya que fingir que estos o son importantes hará que el comportamiento del adicto empeore lastimándolos a los dos.
4. Abre los ojos a la realidad.
Cuando una situación de adicción se vuelve abrumadora, la negación es una forma normal de protegerse de una realidad dolorosa. Es más fácil fingir que todo está bien, pero esto solo hará que un drogadicto caiga más y más hondo en su adicción.
Presta atención a las señales de alarma como distanciamiento, cambios de humor, problemas en el trabajo o en la escuela. Fíjate también en la sensación, por leve que sea, de que algo no está bien. Los sentimientos son poderosos y, por lo general, intentarán alertarnos cuando algo no marcha como debería mucho antes de que nuestras mentes estén dispuestas a escuchar.
5. Pide ayuda profesional.
Enfrentar una adicción es una batalla que nadie debería luchar solo. Cuando estés listo para tomar cartas en el asunto y ayudar a un ser querido a salir de las drogas, pedir ayuda a los profesionales es la parte más importante.
Por ejemplo, en Clínica Nuevo Ser tenemos más de 30 años de experiencia ayudando a familias en su lucha contra adicciones como el alcoholismo y la drogadicción.
Actualmente contamos con cuatro clínicas en Tijuana, México, con instalaciones adecuadas y personal altamente capacitado para atenderte de manera oportuna, profesional y 100% confidencial.
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