Vamos a hablar de adicciones y rehabilitación

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Pues vamos a hablar de adicciones y rehabilitación, a pesar de que hemos tocado muchas veces este tema, hay muchas cosas que aún no sabemos de Adicciones, trataremos de profundizar un poco más.

El fenómeno de las drogodependencias y otras adicciones en la sociedad actual ha sido un tema de interés en los proyectos políticos y agendas de desarrollo local, nacional e internacional, por su proyección, tendencia e impacto para la salud pública, mental y social.

Esto ha exigido tanto a los profesionales expertos y científicos como a la comunidad en general asumir una posición ética y política ante este fenómeno, donde los discursos, construcciones y referentes de orden sociocultural definen las concepciones no sólo de las adicciones, sino de lo que significa la prevención y el tratamiento.

Se sabe que el tratamiento y recuperación de una persona adicta es un proceso lento, difícil y complicado, pero hay algo que no falla: es el nivel de concienciación que la persona tiene de su enfermedad y la fuerza de voluntad o su capacidad para decir “no” al consumo de cualquier sustancia adictiva o comportamiento adictivo y para empezar a cambiar. Éstos son los pilares imprescindibles en cualquier recuperación.

La adicción va acompañada de una serie de hábitos y comportamientos que se consideran como inapropiados o inadecuados, algunos ejemplos podrían ser: el hablar a voces, el tener malas formas, no sentir aprecio por uno mismo, sentirse frustrado, no sentirse valorado.

En definitiva, si una persona no se siente bien consigo misma, difícilmente se va a sentir bien con los demás, ya sean familiares o amigos.

Ya hemos dicho que el tratamiento de la persona adicta es complejo pero el gran paso que hay que dar tras reconocer la enfermedad, es mantener la abstinencia, evitando estar en contacto con aquello que ha provocado la adicción; esto, aunque difícil, no deja de ser fácil si lo comparamos con lo verdaderamente complejo de este tratamiento y que los/as enfermos/as tardan incluso años en conseguirlo: la rehabilitación. Hemos oído, con frecuencia, decir que dejar de consumir es “fácil”, lo complicado es mantenerse en abstinencia y recuperarse como persona que vive en un grupo social como es la familia.

La rehabilitación creo que debe comenzar por “ser humilde” y esto significa reconocer que un día, un hábito al que, en un principio, no se le dio importancia, se convirtió en una enfermedad. Esta enfermedad adictiva deja sus secuelas y éstas deben ser tratadas adecuadamente, tanto en los/as enfermos/as como en sus familiares.

Si una persona, primero, no es capaz de hacer esta reflexión en silencio, con ella misma, no podrá existir un segundo paso, el de pedir ayuda para conseguir ser “mejor” y poner en orden tanto su vida personal como familiar.