Vivir con un ser querido adicto a las drogas o que padece algún trastorno de la personalidad afecta a todas las personas cercanas a el o ella, modificando la dinámica familiar en varios sentidos. Los efectos emocionales, psicológicos e incluso económicos de quienes viven con la persona adicta suelen empezar a girar entorno a las necesidades de la misma.
Es importante recordar que el primer paso es reconocer que se trata de una adicción o de una enfermedad de la salud mental, para ello necesitamos informarnos sobre los principales síntomas y signos a reconocer; así como salir de la etapa de negación en la que buscamos justificar o minimizar el comportamiento de nuestro ser querido.
Recuerda que no es verguenza tener un familiar adicto, vergüenza es no hacer nada para ayudarlo.
Ahora, estando conscientes de la situación en la que nos encontramos, es fundamental buscar ayuda terapéutica para quienes viven con la persona afectada, es necesario aprender a desprendernos del sentimiento de culpa que suele acompañar la convivencia con un adicto, o de responsabilidad por su bienestar, así como el miedo, la angustia y la soledad que son muy comunes en estas situaciones.
Sólo así podremos aprender a poner los límites necesarios que puedan conducir a nuestro ser querido a aceptar el problema y por ende, aceptar ayuda profesional.
Hay dos puntos importantes a considerar cuando vivimos con un adicto:
a) Reconoce la complejidad de la adicción: La adicción es un problema complejo y generalizado, es decir tu ser querido no es la única persona que la padece. De igual manera, los factores que influyen en la adicción son físicos, mentales, emocionales, así como del ambiente en el que se desenvuelve la persona. De ahí la importancia de no minimizar la situación y buscar ayuda profesional.
b) Brinda apoyo emocional sin permitir que tu ser querido continúe con la adicción: “Rescatar” a tu ser querido de manera económica o alguna otra forma, no es de utilidad. Esto solo permite que continúe con su conducta. Sé claro indicándole que puedes brindarle apoyo, pero solo si se tomará el tratamiento con seriedad.
Condicionar el apoyo a que tu ser querido tome pasos activos hacia su recuperación es una buena medida para brindarle ayuda pero estableciendo límites, es importante acompañar este proceso con terapia y con firmeza, ya que las personas adictas o con trastornos de la personalidad suelen ejercer diversas técnicas de manipulación para sobrepasar los límites sanos.
A manera de conclusión, cuando vives con un adicto o un paciente con un trastorno de la salud mental, es esencial conocer los límites de tu propia capacidad para ayudar a tu ser querido para para preservar tu propia salud y felicidad. Si no garantizas tu propia seguridad, no podrás ayudarlo.

Establece límites para la ayuda que brindarás en el tratamiento de la adicción de tu ser querido.

De igual manera, recuerda que la adicción a las drogas o un trastorno de la salud mental es difícil de superar sin ayuda médica profesional o terapéutica. Nunca es demasiado tarde, ¡Pide ayuda!